viernes, 24 de mayo de 2013

CLUB DE LECTURA GATA dia 14 de juny de 2013

La marca del meridiano no es una de esas sagas históricas que tanto gustan a los jurados y que casi siempre resultan premiadas; pero es una estupenda novela policiaca. En realidad, no podía ser de otra manera. Silva, un verdadero maestro del género, es el autor de una exitosa serie que tiene como protagonistas al sargento Rubén Bevilacquea y a la agente Virginia Chamorro, investigadores de homicidios de la benemérita Guardia Civil. Hasta la fecha, incluyendo la más reciente, son siete las novelas que la conforman: El lejano país de los estanques, El alquimista impaciente, ganadora del Premio Nadal del 2000, La niebla y la doncella, Nadie vale más que otro, La reina sin espejo y La estrategia del agua. Una verdadera hazaña si se tienen en cuenta las últimas tendencias del mercado.




En esta séptima entrega vemos al ya ascendido brigada Bevilacqua y a la también ascendida sargento Chamorro, investigando la muerte de un guardia civil retirado. Y aunque el asesinato se cometió en Logroño, buena parte de la acción transcurre entre Madrid y Barcelona. A medida que la investigación avanza, todo se complica. Algunas de las pistas apuntan a un grupo de guardias civiles corruptos que están ayudando a los narcotraficantes a introducir cargamentos de drogas por los puertos catalanes. Otras, a una red de prostitución en la que Robles, el guardia civil asesinado, estaba involucrado. Es así como el brigada Bevilacqua no solo debe compartir información con el agente López, de los temidos Servicios de Asuntos Internos, sino solicitar la cooperación de los Mossos d’Esquadra, la policía autonómica de Cataluña. Al final, como en todas las buenas novelas policíacas, los enigmas se solucionan y los culpables van a parar a la cárcel.

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